viernes, 30 de septiembre de 2011

Panacea



La panacea se encuentra
dentro de la caja de Pandora.

Expresión


La vibración se expresa en geometría.

Todo es amor



Voy entendiendo algunas cosas, otras no..
Como la vibración crea la materia... y como esta, a su vez, crea la realidad...
Esto de... a imagen y semejanza...
Al abrir la puerta y entender (sintiendo en todo el cuerpo) que cada uno es co-creador, cobra mayor sentido esta imagen y se semejanza, de la propia interioridad proyectada en uno mismo y en el mundo, formando hasta la imágen física de nuestro ser y la realidad más concreta y cotidiana que transitamos.
Todo vibra, todo es amor, en distintos grados de vibración, de consciencia, que se percibe de distintos modos y crea diferentes efectos, como los estados del agua.
¿Porque aprender la mística?
Porque es lo que sostiene TODO. Lo creado y lo no creado.
Porque es el orden que mantiene la existencia del todo, de lo verdadero, de lo intrínseco, de lo que no se puede nombrar y por convención se llama AMOR, DIOS, OM, AUM....
La mística es el maestro interno que despierta al conectar con la vibración del todo.
A través de la mística podemos ver con el ojo de la consciencia, los ojos físicos se vuelven meros objetos del mundo, y se puede percibir lo que a todo sostiene... y en ese om, aum, danzar siendo parte de la creación, de la existencia, de lo que perece para renacer, tal como el día sucede a la noche, tal como el árbol ofrece semillas, en un continuo devenir espiralado de eternos presentes.

Shiva Shakti



Saberte cerca otra vez, abre los sentidos
 y la memoria.
Mis células recuerdan tu tacto 
y mi alma la vibración de tu voz.
Miradas, túnel, encuentro.


Mujer etérea-mujer pedestre…




Espantapájaros 1.

“No sé; me importa un pito que las mujeres tengan los senos como magnolias o como pasas de higo; un cutis de durazno o de papel de lija. Le doy una importancia igual a cero, al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco o con un aliento insecticida. Soy perfectamente capaz de soportarles una nariz que sacaría el primer premio en una exposición de zanahorias; ¡pero eso si! -y en esto soy irreductible- no les perdono, bajo ningún pretexto, que no sepan volar. Si no saben volar ¡pierden el tiempo las que pretendan seducirme!
Está fue -y no otra- la razón de que me enamorase, tan locamente, de María Luisa. ¿Qué me importaban sus labios por entregas y sus encelos sulfurosos? ¿Qué me importaban sus extremidades de palmípedo y sus miradas de pronóstico reservado? ¡María Luisa era una verdadera pluma!
Desde el amanecer volaba del dormitorio a la cocina, volaba del comedor a la despensa. Volando me preparaba el baño, la camisa. Volando realizaba sus compras, sus quehaceres… ¡Con qué impaciencia yo esperaba que volviese, volando, de algún paseo por los alrededores! Allí lejos, perdido entre las nubes, un puntito rosado. “¡María Luisa! ¡María Luisa!… y a los pocos segundos, ya me abrazaba con sus piernas de pluma, para llevarme, volando, a cualquier parte.
Durante kilómetros de silencio planeábamos una caricia que nos aproximaba al paraíso; durante horas enteras nos anidábamos en una nube, como dos ángeles, y de repente, en tirabuzón, en hoja muerta, el aterrizaje forzoso de un espasmo. ¡Que delicia la de tener una mujer tan ligera…, aunque nos haga ver, de vez en cuando las estrellas! ¡Que voluptuosidad la de pasarse los días entre las nubes… la de pasarse las noches de un solo vuelo! Después de conocer a una mujer etérea, ¿puede brindarnos alguna clase de atractivos una mujer terrestre? ¿Verdad que no hay una diferencia sustancial entre vivir con una vaca o con una mujer que tenga las nalgas a setenta y ocho centímetros del suelo? Yo, por lo menos, soy incapaz de comprender la seducción de una mujer pedestre, y por más empeño que ponga en concebirlo, no me es posible ni tan siquiera imaginar que pueda hacerse el amor más que volando.”

Satchita Playing for the chainge



Chanda Mama | Playing For Change | Song Around The World


Don't Worry - Playing for Change


La banda mas bonita de la ciudad



Mi vicuñita por Magdalena Fleitas


La conservación del agua



Abuelita Grillo



jueves, 29 de septiembre de 2011

Arquetipos y sexualidad femenina por Laura Juarros




“En el principio Eurínome, la Diosa de todas las cosas, surgió desnuda del Caos, pero no encontró nada sólido en que apoyar los pies y, a causa de ello, separó el mar del firmamento y danzó solitaria sobre sus olas en dirección sur, y el viento Norte llamado también Bóreas, puesto en movimiento tras ella, le sugirió que sería un buen instrumento para iniciar una obra Creadora.
Eurínome se dio entonces la vuelta y se apoderó de aquél y lo frotó entre sus manos hasta que dio origen a la enorme serpiente Ofión.
A continuación la diosa, que tenía frío, bailó para calentarse cada vez más agitadamente, despertando el deseo carnal en Ofión, quien sin pensarlo tres veces se enroscó en el cuerpo de Eurínome y la poseyó con lujurioso deleite.
Así fue como Eurínome quedó encinta. Después se transformó en paloma y se posó sobre las olas y a su debido tiempo puso el Huevo Universal. A petición suya Ofión se enroscó siete veces alrededor del huevo hasta que se empolló y dividió en dos. De él salieron todos los seres y elementos que componen el Cosmos: el sol, la luna, las estrellas, la tierra con sus montañas, ríos, mares y lagos, sus árboles, hierbas y criaturas vivientes…”

Eurínome y Ofión Mito griego de la Creación

La danza, la sexualidad, el Eros y el Gozo como motores de la creación

El mito de Eurínome difiere mucho de la historia bíblica del Génesis, un dios que desde la nada crea a través del verbo, del Logos, esta es una creación imperfecta y separada de su creador. Eva, la mujer, es creada a partir de una costilla de Adán, el motivo de la perdida de la condición humana y del dolor en el mundo. La serpiente es vista como símbolo de la perversión y el mal, compartiendo el mismo destino de la mujer.
En las antiguas culturas neolíticas, la serpiente fue símbolo de vida asociada a la poderosa energía de la tierra, sexualidad y conocimiento profundo de lo cíclico.
Para el yoga tántrico, la energía kundalini, la serpiente, está enroscada y dormida en el chakra raíz, al despertar esta energía todos los demás centros de energía o chakras se iluminan y vivifican, siendo este el camino para encontrar la iluminación.
Un antiguo mito gnóstico nos habla de la serpiente como “El sabio instructor”, y también como el adversario que se opone al dios creador que intenta mantener el conocimiento apartado de Adán y Eva. El conocimiento que este dios intenta apartar del ser humano no es el intelectual, sino el del corazón y la vida.
Siguiendo este mito, cuando la serpiente dice a Eva “come y seréis como dioses”, la instruye en la sabiduría de la relación, porque después de haber comido y de “haber dado a comer del fruto” a Adán se conocieron de forma distinta a como se conocían antes y eso les dio la capacidad de procrear. Obtienen el poder de la generación; Eva es en realidad la iniciadora de Adán, y su “atrevimiento” les permite salir de la inconsciencia, creciendo en sabiduría.
En la Grecia pre-olímpica las mujeres se reunían en el mes de la siembra para el ritual de las Tesmoforias.
En este ritual celebran y potencian la fertilidad de la tierra y sus lazos con ella y entre sí mismas.
El poder de la tierra es encarnado por las serpientes.

Lilith

Un arquetipo vinculado a la sexualidad femenina, es la figura de Lilith. Aparece en algunos textos como la primera mujer de Adán, que abandona a éste porque se niega a hacer siempre el amor debajo del hombre.
En textos hebreos aparece posteriormente como una demonia, que hace impotentes a los hombres o les roba el semen durante el sueño. Lilith es la primera mujer rebelde, caracterizada por una poderosa energía no sometida al dominio patriarcal.
Todas las historias referidas a Lilith resaltan su libertad de movimiento, en una época en que las mujeres tenían cada vez más restringida su autonomía mientras el patriarcado se establecía, con más fuerza.
Marija Gimbutas, la arqueóloga experta en las culturas pre-patriarcales de la Vieja Europa, dice que Lilith desciende de la Antigua Diosa pájaro neolítica, más tarde demonizada por los nuevos pobladores.
De hecho, terracotas babilonias la presentan bella, con los pies alados, un tocado con dos cuernos y un cetro en la mano, rodeada de bestias salvajes. Es representada con los atributos de la Señora de las Bestias, que gobierna la noche, pero asumida como una divinidad, y no como demonia.
En el Talmud aparece como la primera esposa de Adán, aunque se dice que no eran felices, puesto que ella no quería permanecer debajo de él en el coito siendo los dos iguales; Adán insiste en ello, y Lilith le abandona, escapando al Mar Rojo, lugar de demonios, donde se dice que ella se dedicó a la promiscuidad desatada. Aunque procrea demonios, también se la presenta como estéril y se dice que “sus pechos no dan leche”.
Lilith representa la unidad con las fuerzas de la naturaleza, la independencia y la negativa a someterse a la autoridad masculina.
Fuertemente vinculada a la energía femenina primordial que prevalece en las culturas neolíticas y que fue suprimida de las mujeres y de la cultura por el patriarcado.
Es la “Mujer Salvaje” de Clarissa Pinkola Estés.


Lilith… ¿y Eva?

Eva y Lilith, en principio, representan el mismo arquetipo, sin embargo, esta figura ha sido separada, condenando a Lilith a vivir en la sombra. Mientras Eva representa la esposa y madre protectora que se adapta al hombre y a vivir bajo su dominio, Lilith muestra nuestro anulado instinto, la búsqueda de la satisfacción sexual propia y cuya finalidad no es la maternidad.
Eva está ligada a la primera parte del ciclo lunar, creación y procreación; Lilith a la luna menguante y la menstruación, que de forma simbólica representa la muerte del niño potencial, del óvulo no fertilizado.
Quizás, ha llegado el momento de integrar ambas energías y hacer un lugar de honor a Lilith en nuestras vidas. Algunas autoras identifican dos tipos de energías, Eva la energía del útero que nutre y acoge y Lilith la del útero que expulsa; en el embarazo estaría presente la primera y en el parto es necesaria la “presencia de Lilith”.
En nuestra vida necesitamos de las dos, pero tenemos muchas dificultades en encarnar la de Lilith, es importante aprender a nutrirnos a nosotras mismas.

Diosas del amor y sexualidad

Una figura arquetípica central para la sexualidad femenina es la de la Diosa del Amor y la Sexualidad, llamada de diferentes formas: Inanna, Isthar, Afrodita, Astarté (la del útero). El deseo es considerado sagrado y es inspirado por estas diosas tanto entre humanos como entre animales. Estas diosas manifiestan su deseo de manera activa.
Un antiguo himno Isthar recita: “Yo devuelvo el macho a la hembra, yo soy la que embellece el macho para la hembra, yo soy la que embellece la hembra para el macho”.
Una característica de estas diosas es su virginidad, entendida como integridad, ya que a la vez tienen amantes, pero sin ser definidas por su relación con el varón.
No aparecen como esposas de un dios, sino que ellas son las diosas por derecho propio ligadas a un hijo-amante que es sacrificado para volver a resucitar de nuevo cada primavera, simbolizando los ciclos de la vida vegetal y su paralelismo con la vida-muerte de los seres humanos. Toda la mitología que rodea a estas diosas y sus amantes es muy interesante a nivel simbólico y está ligada a la transformación y los procesos de muerte-renacimiento. Jean Shinoda Bolen considera a Afrodita como una diosa alquímica de gran valor en los procesos de maduración psicológica a partir de nuestra capacidad de relacionarnos de manera profunda con otro ser humano y también a través de la creatividad.
Ligado a los cultos en los templos a las diosas del amor aparecen las llamadas “Prostitutas sagradas”, aunque el nombre no es muy afortunado, ya que no tiene que ver con la prostitución tal y como hoy la conocemos. Las mujeres se ofrecían como parte de un acto en honor a la diosa en el contexto de rituales, danzas extáticas, haciendo el amor con extranjeros que llegaban a la ciudad. En ese momento, de alguna forma, las mujeres personificaban a la diosa. Los rituales seguramente tendrían similitud con los rituales tántricos.
Al parecer, estos rituales se remontaban al neolítico, donde se celebraba el matrimonio sagrado, que reconocía la sexualidad como el poder de regeneración necesario para propiciar la fertilidad y el bienestar de la comunidad. En determinadas épocas del año, los humanos hacían el amor sobre los campos, para apoyar el crecimiento de las plantas. Lo humano y la naturaleza están estrechamente comunicados, y el estado del mundo tiene que ver con el estado de las relaciones. Estas sociedades eran bastante igualitarias y parece ser que bastante pacíficas.
La opresión de las mujeres, la represión de la sexualidad femenina y la explotación de la naturaleza son procesos que se dan simultáneamente durante la paulatina instauración del patriarcado. La materia es considerada impura, el cuerpo se va separando del espíritu...
Ha llegado el momento de dar un salto evolutivo. El matrimonio sagrado simboliza “la unión de los opuestos, es el llegar juntos y con un status igual, de los principios femeninos y masculino, la conjunción del consciente y el inconsciente, del
espíritu y la materia”, Jung describe este proceso como “la terrenalidad del espíritu y la espiritualidad de la materia, la unión de los opuestos y la reconciliación de lo dividido”.

Laura Juarros
Psicóloga – Terapeuta
Artículo tomado de la revista digital FRIDA - V/VI-  2006 

Las  imágenes son de Anna Llenas
http://annallenas.wordpress.com

Las perspectivas junguiana y feminista por Jean Shinoda Bolen




Durante el mismo período en el que estaba adquiriendo una perspectiva feminista, estaba haciéndome simultáneamente analista junguiana. Después de completar mi periodo como médico interno en psiquiatría en 1966, entré en el Instituto C. G. Jung de San Francisco, como alumna del programa de formación y recibí el título de analista en 1976. Mi visión sobre la psicología femenina se desarrolló ininterrumpidamente durante este periodo, incorporando percepciones feministas a la psicología arquetípica junguiana.
   Me sentía como si estuviera haciendo el puente entre dos mundos cuando me aventuraba yendo y viniendo entre los analistas junguianos y las psiquiatras feministas. Mis colegas junguianos no se preocupaban demasiado de lo que ocurría en el mundo político y social. La mayoría parecía sólo vagamente consciente de la relevancia del movimiento de las mujeres. Mis amigas feministas en psiquiatría, si es que pensaban en mí como analista junguiana, lo hacían para considerar este aspecto, bien como un interés personal místico o esotérico, o bien como una subespecialidad respetada que no tenía nada que ver con los problemas de las mujeres. A pesar de todo, haciendo de lanzadera descubrí que se produce una nueva profundidad de comprensión cuando se ponen juntas las dos perspectivas, junguiana y feminista. Las dos proporcionan una visión binocular de la psicología de las mujeres.
   La perspectiva junguiana me ha hecho consciente de que las mujeres están influidas por poderosas fuerzas internas, o arquetipos, que pueden ser personificadas por las diosas griegas. Y la perspectiva feminista me ha proporcionado una comprensión de cómo las fuerzas externas, o estereotipos –los papeles a los que la sociedad espera que la mujer se adapte-, refuerzan algunos patrones de diosas y reprimen otros. Como consecuencia, yo veo a cada mujer como una “mujer intermedia”: impulsada desde dentro por arquetipos de diosas y desde fuera por estereotipos culturales.
   Una vez que la mujer se vuelve consciente de las fuerzas que influyen en ella, obtiene el poder que ese conocimiento proporciona. Las “diosas” son fuerzas poderosas e invisibles que moldean la conducta e influyen en las emociones. El conocimiento acerca de las “diosas” dentro de las mujeres constituye un nuevo territorio para el aumento de la conciencia social sobre las mujeres. Cuando una mujer sabe qué “diosas” son las fuerzas dominantes dentro de ella, adquiere autoconocimiento sobre la fuerza de ciertos instintos, las prioridades y las capacidades, y también las posibilidades de encontrar un propósito personal a través de las opciones que toma y que otras personas pueden no estimular.
   Los patrones de diosas afectan también a las relaciones con los hombres. Ayudan a explicar algunas de las dificultades y afinidades que determinadas mujeres tienen con determinados hombres. ¿Escogen hombres poderosos y triunfadores en el mundo? ¿Lisiados y creativos? ¿Infantiles? ¿Qué “diosa” es el impulso inadvertido que empuja a una mujer hacia un tipo particular de hombre? Dichos patrones influyen en la selección y estabilidad de las relaciones.
   Los patrones de relación también llevan la impronta de diosas concretas. Padre-hija, hermano-hermana, hermana-hermana, madre-hijo, amante-amante, o madre-hija, cada pareja representa una configuración que corresponde de manera natural a una diosa concreta.
   Cada mujer posee dones “otorgados por la diosa”, que ha de aceptar con agradecimiento y sobre los que tiene que aprender. Cada mujer tiene también riesgos “otorgados por la diosa”, que debe reconocer y superar para cambiar. No puede resistirse a vivir un patrón determinado por el arquetipo de una diosa subyacente hasta que es consciente de que dicho patrón existe y de que trata de realizarse a través de ella.

Jean Shinoda Bolen, Las Diosas de Cada Mujer, Introducción, páginas 23 y 24
(Editorial Kairós, Argentina, 2008)
Digitalizado por  Germana Martin.




Introducción a la astrología psicológica





Link para bajar el librete en pdf: http://astrologiadelser.com/Curso_Introduccion_Astrologia.pdf

Niño salvaje (Alberto Kuselman)





Un momento de meditación





miércoles, 28 de septiembre de 2011

Ni muy muy, ni tan tan



NI TAN LINDOS 
NI TAN BUENOS
NI TAN FEOS
NI TAN MALOS
SIMPLEMENTE REALES



Aqui


AQUI SE QUITAN LAS MASCARAS
Y APARECE PARA EXPANDIRSE
LA TOTALIDAD DEL VERDADERO SER
EN LUZ Y EN SOMBRA.
ESA VERDAD ME PERMITE SANAR, CRECER, 
EVOLUCIONAR EN AMOR.


LO FALSO CAE, Y LO VERDADERO 
OCUPA SU LUGAR.

CHAQ RAJ
(TIEMPO DE VERDAD)

Chamanismo y sexualidad por Eduardo Lana

En las comunidades aborígenes antiguas, los conceptos morales, estéticos y éticos, no tenían el significado ni el peso psicológico, que hoy tienen en nuestras sociedades.
La desnudez y la sexualidad no eran tabú, la morbosidad no existía, porque la sexualidad y la desnudez no se tapaban o reprimían, no era pecado el sexo ni deshonrosa la desnudez.
La morbosidad es el efecto de la reacción natural al atentar contra la naturaleza humana.
Cuando un indio se cubría el cuerpo lo hacía para protegerse del clima o proteger de accidentes sus zonas más sensibles, pero jamás por vergüenza o pudor.
Para el chamán que vivía en un estado de comunión con la naturaleza, el sexo era concebido como un acto sublime y enteramente mágico, en el sentido literal de la palabra.
Por un momento deje volar su imaginación para trasladarse a un lugar cualquiera, en contacto con la naturaleza.
Imagine un paisaje y sitúese en una época hace unos diez mil años.
Imagine que hay un gran círculo mágico dibujado en el suelo y que en los cuatro puntos cardinales se encuentran dibujados los símbolos del agua, aire, tierra y fuego.
En el lugar donde se encuentra el símbolo del fuego hay un fogón, orientado al este, con leños ardiendo.
Exactamente en el centro se encuentran ubicados un hombre y una mujer sentados frente a frente.
El hombre, recurre a sus registros de sensaciones y elevando sus manos comienza a invocar la energía del aire, ella está tomada a las manos del hombre.
Cuando el hombre se encuentra completo y sumergido en esa energía comienza a soplar lenta y suavemente sobre la mujer, empezando sobre la cabeza, la frente, luego los ojos, el pómulo izquierdo, la mejilla, el oído y el cuello del mismo lado.
Lenta, suave e incesantemente hace lo mismo del lado derecho.
Concluido esto, comienza a hacerlo en el entrecejo, baja hacia la nariz y la boca mientras la mujer, con sus ojos cerrados, aspira profundamente la suave brisa que el hombre le brinda. Luego sopla sobre sus brazos y manos.
Cuando ella se siente colmada por la energía del aire, baja sus manos y hace bajar las del hombre y pasa a ser ella quien comienza a hacer lo mismo con él, quien sólo se dedica a sentir la caricia de la brisa que esa mujer le regala.
Cuando ella concluye, ambos son aire, ambos son brisa.
Luego el hombre comienza a invocar el poder del fuego, detona el poder de su sol interior y transmite esta energía a la mujer a través de suaves y lentas caricias.
La mujer, abierta y receptiva, sólo se dedica a disfrutar de estas y a absorber la energía que emana de él.
El le acaricia las sienes, el cuello, los hombros y baja lentamente por los brazos hasta la punta de los dedos.
Después de repetir varias veces estas caricias se acerca más a la mujer y prosigue acariciando su columna desde la base, ascendiendo lentamente y hasta llegar a la nuca.
Cuando la mujer siente encendido su propio sol interior empieza a regalar a él sus caricias.
Prosiguen, dejándose llevar por la intuición al servicio de los sentidos.
En este instante, ambos son aire y viento, fuego y sol. Conscientes de esto continúan la danza de imperceptibles e incesantes caricias.
El hombre, invoca entonces la energía del agua y una vez detonado su río interior, comienza a besar y humedecer con la punta de su lengua que apenas asoma, el cuello, hombros, mejillas, labios, brazos y manos de la mujer que nuevamente debe ocuparse sólo de sentir.
Cuando ella se siente desbordada por su río interior, hace lo mismo con el hombre y al concluir, ambos son aire y brisa, fuego y sol, agua y río que intercambian sus sensaciones y energías en una simbiosis sin límite.
El hombre, invoca entonces el poder del reino animal que, en sí mismo, detona el poder de la madre tierra y el reino vegetal en ella.
En este momento, ambos se encuentran en un estado de conciencia acrecentada auto inducida y ella recibe en su seno a ese hombre que es viento, sol, agua y se prepara para recibir como siembra el poder espiritual del linaje de su enamorado.
El, conciente de la magia de este encuentro, ofrenda el sentir de ambos al gran espíritu creador de todo.
La danza de ambos se incrementa, la respiración se hace más fuerte, la brisa se transforma en viento, sus latidos se intensifican transformando el manso río en poderosos torrentes que corren por sus venas.
El fuego de ambos aumenta su intensidad transformándose en un solo sol.
Cuando es el momento, ella invoca el espíritu de la tierra y la flora produciendo, entonces, un estallido donde toda estructura mental, todo pensamiento, se disuelven en un éxtasis infinito que permite que ambos espíritus se fundan en un solo ser.
En ese instante, ambos se hallan en contacto con su esencia cósmica, desde el espíritu, ya no desde los sentidos sino desde un estado de conciencia que los une con la eterna fuente de vida a la que llamamos Dios.
Gracias al profundo sentido simbólico y espiritual de este acto sagrado, lejos de sentirse sucios o pecadores, estos dos seres se saben bendecidos por el don original que Dios implantó en ellos con infinito amor.
Para el chamán, el poder y simbolismo del semen, como su interpretación de la sexualidad, eran en realidad muy simples… Dios puso sexo a todo ser vivo de los reinos animal y vegetal porque es bueno y cumple con un propósito que para Dios es bueno.
También Dios le puso al animal el instinto, con la finalidad de que buscaran la copulación. La única diferencia entre el chamán y el hombre común, en este aspecto, es la conciencia que le permite transformar un acto meramente instintivo en algo poderosamente mágico y sagrado.
El poder del semen, para el chamán, revestía una tremenda importancia a la hora de efectuar algunos rituales ya que, la poderosísima energía sexual, concentrada en los genitales podía ser (y de hecho lo es) canalizada en actos mágicos que incluyen desde la sanación hasta lograr estados acrecentados de conciencia.
Si a esto le sumamos que, en el semen, se encuentra contenido el registro espiritual de todo el linaje y que es el único elemento capaz de transmitirlo, comprenderá porqué para el chamán, en muchos casos era tan importante como la sangre.
Cuenta la historia que hace muchos años existió una comunidad cuya conducción estaba a cargo de un consejo de ancianos, todos chamanes especializados en diferente saber.
Debido al gran grado de sabiduría que poseían eran consultados, ya no solo por los miembros de su comunidad sino también por jefes de otras comunidades.
Al darse cuenta que con el crecimiento de las comunidades no podrían llegar a atender todas las demandas, convinieron en modificar el modo de instrucción de sus discípulos.
Escogieron doce niños, seis mujeres y seis varones, de entre las comunidades más cercanas.
Todos los miembros del consejo de ancianos, se ocuparon de transmitirles a estos discípulos, el conocimiento que cada uno poseía como especialidad.
Estos doce niños fueron instruidos con el máximo rigor y dedicación, proporcionándoles lo más excelso de su conocimiento.
Este cambio en la forma de instrucción a los futuros chamanes, no fue una idea caprichosa con el simple objeto de preparar sus sucesores, sino que la mayor aspiración de ese grupo de sabios era que pudieran llegar a formarse matrimonios entre los nuevos chamanes, y por suerte, así ocurrió.
Tres fueron las parejas que se formaron y se les enseño como último aprendizaje el ritual de invocación donde confluían todos los poderes adquiridos en el proceso de formación, cómo aplicarlos en forma sagrada, ritual y ceremonial en la sexualidad conyugal, de modo que, el hijo que naciera de esa unión, ya fuera desde su génesis un ser particularmente dotado.
Esos niños poseerían, desde su gestación, el poder de todo su linaje concentrado en la asistencia de sus ancestros chamanes.
A los otros chamanes también se les transmitió este saber pero con modificaciones, ya que les permita detonar en el otro el poder interior sintonizándolo al suyo, aunque con la indefectible merma en el caudal del poder detonado.
Como podrán comprender el sexo dentro del contexto chamánico, no puede ser más que un acto mágico, un acto de conciencia y poder, algo sumamente sublime y trascendente y, tal vez, hasta incomprensible desde el estado de conciencia lineal u ordinaria con que nos movemos en la realidad occidental.

Abuela Margarita Sabiduría Maya





Poder personal



NO DES A NADIE TU PODER PERSONAL
CADA QUIEN DEBE COMANDAR SU PROPIO TIMÓN
CADA UNO ACTÚA DESDE SU CRISTAL
RECUERDALO PARA ACTUAR  JUSTAMENTE 
Y QUITARLE PASIONES A LA VIDA
RECUERDALO PARA NO AFLIJIRTE
CON REACCIONES DESPROPORCIONADAS A LOS DEMÁS
RECUÉRDALO PARA NO DESCANSAR 
EN LOS APLAUSOS DEL MUNDO.
A NADIE ENTREGUES TU PODER PERSONAL
A NADIE PERMITAS DECIDIR POR TÍ
SABIO ES QUIEN ACTÚA POR SI MISMO.


Consciencia


NO IMPORTA QUE ACTIVIDAD REALICES, 
QUE ALLI ESTE, TODA TU CONSCIENCIA.

Tierra sin mal América Bonita (Arbolito)





Gratitud





GRACIAS MADRE TIERRA
GRACIAS PADRE CIELO
GRACIAS MADRE AGUA
GRACIAS PADRE VIENTO

El inti sol (Alberto Kuselman)

Si comienzas el día en silencio (Alberto Kuselman)



Los siete principios universales




1. Todo es una diferenciación del uno infinito
2. Todo cambia
3. Todos los antagonismos son complementarios
4. No hay nada idéntico
5. Lo que tiene frente, tiene dorso
6. Cuanto mayor al frente, mayor al dorso
7. Lo quie tiene principio tiene fin

Búsqueda





AQUÍ, LA DESNUDEZ DEL CORAZÓN..
LA BÚSQUEDA DEL SER, HA DE SER,  
FIRME, TIERNA, Y AMOROSA
OBSERVANDO Y RECONOCIENDO
CON CAUTELA, LIBERTAD Y DISCERNIMIENTO...

OBSERVAR ATENTAMENTE
ANTES DE ACTUAR
AHI, UN GRAN APRENDIZAJE,
OBSERVAR BUSCANDO,
NO SÓLO RECIBIENDO,
OBSERVAR CON DISCERNIMIENTO
Y AMPLITUD DE CORAZÓN, 
DETRÁS DE CADA DETALLE, 
UN UNIVERSO ENERGÉTICO 
SE MANIFIESTA.
HE AHI PODER MIRAR, 
SIN DESLUMBRARSE
CON DESTELLOS ILUSORIOS..
MIRAR LO QUE SOSTIENE
A LO QUE LOS OJOS VEN...



Las 4 sendas del Chamán




Las sociedades chamánicas basan el poder de su «medicina» en la energía de cuatro arquetipos universales: el guerrero, el sanador, el vidente y el maestro. Si el curandero de una tribu es capaz de sanar a los enfermos, es porque ha destilado e integrado en su ser la sabiduría ancestral de estas cuatro imágenes mitológicas.
Hace unos años la antropóloga californiana Ángeles Arrien expuso este conocimiento en Las cuatro sendas del chamán (Ed. Gaia). En este libro sugería que cada uno de nosotros puede recuperar el equilibrio interno, y la armonía con el entorno, a través del desarrollo de estos arquetipos.


Hoy son numerosos los psicoterapeutas, como Charles Tart, Stanislav Grof o Liz Greene, que han incorporado a sus terapias técnicas chamánicas para inducir estados alterados de conciencia que despiertan en el paciente su propio poder sanador. También Ángeles Arrien propone utilizar las herramientas de poder de las culturas aborígenes para recorrer con ellas las diferentes vías del chamán, e integrar así en nuestras vidas la energía curativa de sus mitos. El camino lleva primero a reconocer sin ambages los aspectos sombríos de cada arquetipo. Es decir, qué actitudes relacionadas con esta figura mitológica nos ponen en dificultades continuas reclamando de ese modo más luz y espacio en nuestras acciones cotidianas. Y es que, al descuidar los aspectos luminosos propios del guerrero, el vidente, el sanador o el maestro, abrimos sin darnos cuenta una puerta a la enfermedad, depresión, soledad o autoabandono. Y, al contrario, al desarrollarlos logramos salud, sabiduría y entusiasmo por la existencia. Cada uno de nosotros puede identificarse más con uno o dos de estos arquetipos. Pero lo idóneo es que integremos las cualidades positivas de los cuatro para alcanzar la totalidad de nuestra esencia como seres humanos. A través del guerrero obtenemos los recursos del poder, la comunicación y el liderazgo; mediante el sanador nos vemos capaces de prestar atención a lo que tiene corazón; el vidente nos ayuda a percibir y decir la verdad en todo momento sin sentimientos de culpa; y, por último, el maestro nos enseña a desapegarnos, con sentido del humor, flexibilidad y objetividad, de situaciones, personas o cosas que nos hacen infelices.


El guerrero: coraje y poder


El guerrero es un brujo, un explorador y aventurero, líder o protector que invoca la fuerza interior para estar presente ante cualquier dificultad y actuar como guía.


Cuando no se ha desarrollado acostumbra a llamar nuestra atención haciéndonos caer en discusiones, conflictos y actitudes rebeldes frente a representantes de la autoridad, padres, jefes, el director del banco, el conductor del autobús, etc. O utiliza sus dotes de mando de forma abusiva y en beneficio personal. En el polo opuesto puede inhibirse, y entonces la persona prefiere ocultar sus talentos y actuar en la sombra para no asumir la responsabilidad, pero proyecta su necesidad de liderazgo en otros individuos a los que idealiza primero para luego, cuando no actúan como él espera, criticarles y competir con ellos. Estas actitudes negativas revelan una falta total de autoestima.


Pasos para recorrer la senda del guerrero


4 Desarrollar la capacidad de honrar y respetar las propias habilidades así como las de los demás, y las de todas las cosas creadas, sin hacer comparaciones y desde diferentes perspectivas.


4 Comunicarse de forma equilibrada: decir sinceramente lo que se piensa y hacer lo que se dice. Cumplir los acuerdos y palabras dadas. Y aprender a dar un «sí» o un «no» cuando sea apropiado para los propios fines.


4 Demostrar responsabilidad por cada acto. Por lo que se hace o por lo que se deja de hacer. Y encarar la vida con un ritmo de disciplina constante y a la vez flexible.


4 Alcanzar los tres tipos de poder universal. Los pasos anteriores llevan directamente a detentar el poder de la presencia, por el que la persona llega a mostrarse en cada instante con sus cuatro inteligencias –mental, emocional, espiritual y física– y emanar así un carisma que atrae a los demás; el poder de la comunicación que permite elegir de forma acertada las palabras, tono de voz, lenguaje no verbal, contenido y momento para expresarse; y el poder de la posición, que significa defender sin miedo una postura e informar a los demás por qué lo hace y de que actúa así por propia voluntad.


Actos de poder para dar luz al guerrero interior


Meditación: quince minutos al día al aire libre o ante una ventana. De pie, con la cabeza erguida, brazo izquierdo caído y derecho sobre el pecho, ojos fijos en un punto, pies separados a la distancia de los hombros. Hay que concentrarse en la sensación de estar arraigados en la tierra y en que ello posibilita el valernos por nosotros mismos, así como establecer límites y movernos en la vida desde la autoestima y el respeto por nuestros propios recursos.


Instrumento musical: maracas. Su sonido, imitación del de la lluvia, crea un estado alterado de conciencia idóneo para la purificación y sanación del alma.


Danzar es el acto de poder que más desarrolla este arquetipo y por ello ha sido utilizado por todas las culturas aborígenes. Según el tipo de ritmo elegido –fluido, entrecortado, lírico, sereno, caótico– el danzante adquiere gracia, refinamiento, alegría, paz o una vía para dar rienda suelta a su creatividad.


Animales de poder: conectar a diario con la naturaleza del águila o los pájaros dota al al guerrero del valor necesario para enfrentar los desafíos que la vida le depara.


El sanador: gratitud y corazón


El sanador abre sus brazos al amor y a la gratitud. También muestra aceptación de las habilidades propias o ajenas. Y siempre tiene palabras amables, de aliento y de reconocimiento para el talento, carácter o apariencia externa de los otros.


El modo en que este arquetipo reclama atención a través de aspectos sombríos es el descuido de la salud y bienestar personal. Cuando no escuchamos al sanador interno caemos en hábitos contrarios a la vitalidad, generalmente adicciones que abren la puerta a la enfermedad y el malestar.


Existen cuatro adicciones básicas que engloban todas las demás. Adicción a la intensidad, que fomenta hábitos destructivos para sustituir la sensación de aburrimiento por la de estar vivos. Adicción a la perfección, que vuelve a las personas rígidas e intolerantes con los errores propios o ajenos. Adicción a la necesidad de saber y controlar todo compulsivamente, que convierte al individuo en alguien desconfiado y arrogante. Y adicción a lo que no funciona, que se muestra en una tendencia a exagerar las experiencias negativas y aferrarse a ellas.


Pasos para recorrer la senda del sanador


4 Poner el corazón en los quehaceres cotidianos. Una fórmula para saber si lo estamos consiguiendo es preguntarse: ¿cómo tengo el corazón, pleno, abierto, claro o y fuerte?, o ¿a medias, cerrado, confuso y débil? Si no nos sentimos con fuerza es porque nos falta coraje para ser auténticos.


4 Experimentar los seis tipos de amor universal: entre compañeros y amantes; entre padres e hijos; entre colegas y amigos; entre maestro y estudiante; terapeuta y cliente; amor a uno mismo y amor universal o espiritual.


4 Visión equilibrada: sentir estas formas de amor prepara a la persona para comprender que la sanación requiere actitudes como recordar lo que hemos olvidado sobre la conexión de las cosas vivientes y no vivientes; abrazar lo que más tememos; abrir lo que está cerrado y ablandar lo duro; experimentar lo divino; creatividad, pasión y amor; aprender a confiar en la vida y mantener un equilibrio entre el dar y el recibir.


Actos de poder para dar luz al sanador interior


Meditación: dedicar entre cinco y diez minutos diarios a la técnica del «acunamiento». Tumbado y con las manos sobre el corazón, izquierda encima de la derecha, hay que reconocer los propios talentos, el amor que se ha dado o recibido, y concentrarse en el propósito de desarrollar la autoestima.


Instrumento musical: tocar el tambor. Su sonido imita los latidos del corazón y facilita su purificación. También ayuda a entrar en un estado de conciencia favorable para buscar guía espiritual.


Practicar los ocho principios sanadores universales: llevar una dieta equilibrada; realizar ejercicio físico; reservar tiempo para divertirse; escuchar música; recitar cantos y contar historias que transmitan valores éticos; sentir amor y contacto físico con otras personas; desarrollo de intereses, aficiones y proyectos creativos; pasar tiempo en la naturaleza; y cultivar la fe en lo sobrenatural.


Animales de poder: los sanadores están vinculados en general a los cuadrúpedos, renos, ciervos, caballos, vacas… Pero además han de estar en íntima conexión con la naturaleza y los árboles. Por ejemplo, cada primavera, algunos pueblos aborígenes ofrecen sus cicatrices y heridas, físicas o del alma, a un árbol para que las sane. Y hacen la promesa de no volver a hablar de ellas.


El vidente: sinceridad y libertad


El vidente es el que dice la verdad. Su vía nos invita a ser quienes somos continuamente, por lo que nos recuerda de mil modos el sueño que deseamos realizar en esta vida.


Cuando no le prestamos atención, su forma de reclamar luz y cuidados es sobre todo inventar un falso yo sólo para cubrir las expectativas ajenas. La persona abandona entonces su auténtico yo y suele hacerlo por tres motivos: por amor a otra persona; obtener la aprobación de alguien; o mantener la paz que cree haber conseguido. Cae así en una trampa que en realidad le vuelve débil de corazón e incapaz de decir la verdad.


La otra artimaña sutil que este arquetipo utiliza es hacernos ver como ciertas las proyecciones de nuestros propios defectos o anhelos. Los espejos y cristales, que lucen cosidos a los trajes de los chamanes en algunas ceremonias, recuerdan este artificio de la mente por el que proyectamos en otras personas partes de nosotros que pueden ser positivas o desafiantes. Cualidades que nos gustaría tener y envidiamos pero desconfiamos poder alcanzar, o los defectos que más detestamos y tememos reconocer en nosotros mismos. Sólo cuando la proyección se cae y conseguimos ver a la persona tal y como es en realidad, podemos darnos cuenta de esas partes ocultas de nuestro ser y traerlas de nuevo a casa. Entonces suele despertarse en nosotros una compasión sanadora que nos permite colocarnos en el lugar del otro y enjuiciar la realidad con la objetividad del vidente.


Pasos para recorrer la senda del vidente


4 Desenmascarar las proyecciones: sólo así nos sentiremos libres para expresarnos tal y como somos, incluso para recuperar nuestros sueños infantiles y hacerlos realidad.


4 Evitar la negación y la indulgencia: negamos a las personas y situaciones cuando no somos capaces de aceptarlas como son. Y nos volvemos indulgentes cuando, llevados por el miedo, no enfrentamos los conflictos si ello significa alterar nuestra paz.


4 Liberar la creatividad: cuando estamos en conexión con nuestra autenticidad y dejamos a un lado ideas preconcebidas sobre lo que está bien y lo que está mal, el campo de la creatividad ilimitada siempre está disponible para que hagamos uso de él.


4 Decir la verdad: «hablar con la lengua del espíritu», como dicen algunos indios americanos, significa ser capaz de expresar lo que se siente sin culpabilidad.


4 Lograr las cuatro formas universales de visión: intuición para entender las voces interiores; visión externa que analiza con objetividad la realidad; visión interna que proporciona información a través del sueño e imágenes en estado de trance, y la visión holística que nos aporta un conocimiento completo de cada situación.


Actos de poder para dar luz al vidente interior


Meditación: en movimiento. Caminar, correr, cocinar, nadar, incluso pasar la aspiradora, cualquier acción puede funcionar para obtener la solución creativa de problemas. También la plegaria puede procurarnos la ayuda de otros seres, o ayudarnos a recuperar nuestro propósito existencial.


Instrumento musical: campanas. Utilizadas tradicionalmente para convocar a la gente a los templos y asociadas por tanto a la espiritualidad, nos recuerdan nuestros sueños y nos conectan con nuestro ser esencial.


Cantar las canciones que nos hicieron felices en la infancia, o recitar mantras con vibraciones que atraen la fuerza vital, como el Om budista, e incluso entonar sonidos inarticulados, posibilita al vidente recordar su proyecto existencial.


Llevar un diario de sueños potencia la capacidad de tener premoniciones o resolver problemas de forma intuitiva.


Animales de poder: serpientes, lagartijas, salamandras y, en general, los animales que se arrastran, pues la soledad y el silencio de los lugares desérticos donde habitan son muy propicios para despertar la visión interior.


El maestro: claridad y fe


El maestro enseña a confiar y comprender la necesidad del desapego, y está abierto a cualquier resultado de sus acciones sin inquietarse ante un posible éxito o fracaso.


Su forma de reclamar la atención a través de los aspectos sombríos es manifestar pautas de censura y control que llevan a la persona a mantener comportamientos rígidos, y juicios excesivamente subjetivos basados en el miedo y anclados en la falta de confianza. También se muestra mediante la confusión e ignorancia. Ambas son el lado oscuro de la claridad. Cuando estamos atrapados en ellas actuamos y opinamos bruscamente de manera inapropiada e inconscientes del contexto en el que lo hacemos. Otra fórmula a través de la cual el maestro expresa su necesidad de desarrollo son los apegos exagerados. Al aferrarnos demasiado a situaciones, relaciones o cosas, tendemos a controlar más que a confiar y perdemos objetividad. La sabiduría consiste en adaptarse a cada circunstancia con ligereza.


Pasos para recorrer la senda del maestro:


4 Practicar la confianza: aprender a sentirse cómodos en la incertidumbre y la ignorancia de qué ocurrirá en el futuro o mañana mismo. Con el fin de integrar esta enseñanza los maestros utilizan trampas para sorprender a sus discípulos en situaciones inesperadas que les despiertan de sus rutinas y les permiten ver sus apegos.


4 No aferrarnos: hay que ser capaz de no engancharse en una situación conflictiva y mantener el sentido del humor. Cuando no nos vemos arrastrados y podemos mantener nuestra objetividad y capacidad de reírnos, eso demuestra que las cosas no nos importan tanto. Hay que recordar también que cualquier perdida, material o afectiva, nos hace más humildes y nos enseña algo más sobre la aceptación y el desapego.


4 Celebrar rituales: hacer ceremonias presididas por una intención sagrada honra los cambios de la vida y ayuda, en momentos de transición, a liberarnos del apego o del sentimiento de pérdida; de paso facilita el que todo vuelva a encajar en su sitio.


Actos de poder para dar luz al maestro interior


Meditación: sentada, en la postura del loto, en una silla, o de rodillas. Mantenerse así, con los ojos cerrados y manos sobre las rodillas, quince minutos al día para acceder a la quietud y al silencio. Este tipo de meditación enseña a esperar, escuchar y observar los mensajes del maestro interior.


Instrumento musical: palos y huesos. Chasquearlos representa el compromiso de romper con pautas y actitudes dañinas, sean familiares o culturales.


Invocar los espíritus de los antepasados: las tradiciones chamánicas creen que las almas de nuestros ancestros nos acompañan y que podemos solicitar su ayuda mediante la danza o el sonido del tambor.


Guardar silencio: las experiencias transpersonales se presentan con más facilidad en momentos de silencio y soledad, y a ser posible en medio de la naturaleza.


Animales de poder: las criaturas que viven en océanos y ríos son propias del maestro. No en vano el agua es venerada por los chamanes como agente de purificación y modelo de flexibilidad.


Tomado de: http://www.akasico.com/noticia/521/Religiones-y-espiritualidad/cuatro-sendas-chaman.html